Andrés Manuel López Obrador afirmó este jueves que Estados Unidos es “corresponsable” de la ola de violencia que azota a Sinaloa. El presidente reprochó a Washington que no tomara en cuenta al Gobierno de México en el operativo de captura de Ismael El Mayo Zambada ni considerara el impacto de la detención al sur de
Andrés Manuel López Obrador afirmó este jueves que Estados Unidos es “corresponsable” de la ola de violencia que azota a Sinaloa. El presidente reprochó a Washington que no tomara en cuenta al Gobierno de México en el operativo de captura de Ismael El Mayo Zambada ni considerara el impacto de la detención al sur de la frontera. Tras un par de semanas sin actualizaciones oficiales sobre el caso, el mandatario mexicano hizo un nuevo llamado para que sus contrapartes estadounidenses transparenten las circunstancias del arresto y detallen a qué acuerdo llegaron con Los Chapitos para concretarlo.
“Debido a ese arreglo, que todavía no conocemos en qué consistió, nos produjo a nosotros en Sinaloa la confrontación que se está dando”, aseguró López Obrador. La guerra entre El Mayo y Los Chapitos ha dejado casi 50 asesinatos en el Estado del noroeste, bastión histórico del Cartel de Sinaloa, desde el pasado 9 de septiembre.
La captura de El Mayo, que aterrizó de forma inesperada junto a Joaquín Guzmán López (hijo de El Chapo) en un pequeño aeropuerto rural de Nuevo México, ha disparado las tensiones entre México y Estados Unidos. Las autoridades mexicanas hicieron público que no participaron en el operativo de detención ni fueron consultadas antes del arresto, y sólo fueron notificadas por la Casa Blanca hasta que se materializó en la tarde del pasado 25 de julio.
En los días posteriores, López Obrador dio a conocer que múltiples agencias estadounidenses habían estado en contacto durante años con Los Chapitos para sondear la posibilidad de que se entregaran. Washington, sin embargo, ha sido hermético sobre si existe un acuerdo con los herederos de El Chapo y si hay negociaciones en curso con Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, extraditado en septiembre del año pasado, para que hunda a otros capos a cambio de obtener una pena reducida.
“Se requiere de una explicación porque si ahora estamos enfrentando en Sinaloa una situación de inestabilidad, de confrontación, se debe a que tomaron esta decisión”, señaló López Obrador, quien calificó el operativo de captura como “incorrecto” e “ilegal”.
La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, lamentó que no hubiera coordinación entre ambos Gobiernos para concretar el arresto y se sumó al reclamo de que Washington comunique cuál fue el arreglo con Los Chapitos. “Nos interesa también que no llegue el fentanilo a Estados Unidos, pero Estados Unidos tiene que hacer lo propio, nosotros lo propio en nuestro país, y coordinarnos, colaborar”, señaló a los periodistas.
La Fiscalía General de la República (FGR) abrió su propia investigación para esclarecer lo sucedido en territorio mexicano en las horas previas al arresto de Zambada y anunció una acusación formal contra Joaquín Guzmán López, a quien considera el principal sospechoso del secuestro de El Mayo.
La FGR reconoció que tiene dudas sobre el paradero de Ovidio, su hermano menor, y deslizó que también puede estar vinculado en el complot de Los Chapitos para entregar a su antiguo aliado. La venganza de Zambada, cofundador del Cartel de Sinaloa y viejo socio de El Chapo, tardó seis semanas en llegar, pero ha sembrado el caos en Culiacán, la capital del Estado, con ejecuciones, tiroteos, narcobloqueos y decenas de desapariciones forzadas.
La jornada de este miércoles se saldó con nueve muertes violentas, la segunda cifra más alta desde que iniciaron las hostilidades, según cifras oficiales. Por la mañana se reportó el hallazgo de cuatro cuerpos en la carretera México 15, en la salida sur de Culiacán, uno de los focos rojos de los enfrentamientos. Dos de los cadáveres estaban decapitados. Un hombre fue ejecutado en la comunidad de El Melón, al sur de la ciudad, y otro más fue asesinado en la colonia Ampliación El Barrio, en el flanco oriente de la capital. Hubo también un ataque contra un convoy militar en la colonia Genaro Estrada, en el centro, que se saldó con un detenido y dos vehículos asegurados. En el municipio aledaño de Elota se registraron otros dos homicidios por disparo de arma de fuego, informó la Fiscalía estatal.
La violencia se extendió hasta este jueves, con el hallazgo de una persona asesinada en la colonia Costera, al sur de la ciudad, de acuerdo con el periódico Noroeste. La víctima estaba desnuda y su cuerpo tenía signos de tortura. La jornada más letal fue el pasado domingo, en plena celebración del Día de la Independencia, con 14 homicidios en el Estado. El gobernador Rubén Rocha ha empujado por el regreso a clases presenciales y la reactivación de la economía, que ha sufrido perdidas millonarias tras 10 días de parálisis, pero la población teme salir a la calle y exponerse al fuego cruzado y a los bloqueos. “Queremos conquistar la tranquilidad”, dijo. Rocha y López Obrador han insistido en que el despliegue de más de 2.200 elementos de las Fuerzas Armadas da al Estado una capacidad suficiente para sofocar la violencia y, al mismo tiempo, han minimizado la última ola de violencia. “Sinaloa no está como se piensa, que está fuera de control”, aseguró el presidente.
López Obrador cuestionó la estrategia de Estados Unidos contra el narcotráfico, que apuesta por la captura de grandes jefes criminales para frenar el flujo de drogas. “¿En qué ayuda a detener el problema de la drogadicción de Estados Unidos, con objetividad y realismo?”, señaló sobre la captura de Zambada. “No se puede hablar de una relación de cooperación, cuando se toman medidas unilaterales”, agregó el mandatario. Se trata del reclamo más aireado del Gobierno mexicano tras la captura del capo de 76 años, en un momento en que las consecuencias de la inseguridad son palpables. Pero la violencia también ha acarreado críticas a la política de seguridad de López Obrador, que ha optado por inhibir y contener los enfrentamientos, pero no confrontar a los bandos en guerra. “[El fin de la violencia] no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer confrontación entre ellos”, aseguró esta semana Jesús Leana, comandante de la tercera región militar, en declaraciones que pusieron en entredicho la capacidad del Estado mexicano y la estrategia del presidente.
“Tenemos que mantener una relación de respeto y buena vecindad con Estados Unidos”, matizó López Obrador. El presidente descartó nuevas tensiones con Washington tras la aprobación de la controvertida reforma judicial, que impone la elección de jueces y magistrados por voto popular, pero rechazó reunirse con el embajador Ken Salazar para sanar las heridas antes de dejar el poder el próximo 1 de octubre. La peor fractura dentro del Cartel de Sinaloa en más de una década se ha afianzado como uno de los principales focos rojos del país a menos de dos semanas de que Claudia Sheinbaum asuma como la primera presidenta de México.
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