El confinamiento de tóxicos fue clausurado hace casi 30 años; sin embargo, la mancha urbana se ha ido acercando Tras una década de estar en el olvido, el confinamiento de residuos peligrosos, Cytrar, ubicado al sur de la ciudad de Hermosillo fue finalmente alcanzado por la mancha urbana. Siete colonias, cuatro fraccionamientos en construcción, un
El confinamiento de tóxicos fue clausurado hace casi 30 años; sin embargo, la mancha urbana se ha ido acercando
Tras una década de estar en el olvido, el confinamiento de residuos peligrosos, Cytrar, ubicado al sur de la ciudad de Hermosillo fue finalmente alcanzado por la mancha urbana.
Siete colonias, cuatro fraccionamientos en construcción, un asentamiento irregular y dos residenciales campestres se encuentran dentro de la zona de salvaguarda de cinco kilómetros establecida por la ley.
Además, el Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) modificó en 2023 está zona de seguridad en un 90%, reduciendo esta a 500 metros, lo que según expertos ante la falta de información acerca del lugar simboliza un gran riesgo de salud para la población.
El año pasado, en el Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Hermosillo 2023 publicado por el Instituto Municipal de Planeación (Implan) se realizó una reducción de cerca del 90% de la zona de salvaguarda del Cytrar pasando de cinco kilómetros a 500 metros, lo que se contrapone con la Ley y podría representar un riesgo a la salud de las familias que habitan en el sur de la ciudad, al tratarse de un confinamiento de residuos peligrosos.
Plomo, arsénico, pesticidas y Policloruro de Vinilo (PCV), entre otros materiales se encuentran almacenados al resguardo de nadie, en una poco conocida ubicación y que, como si estuviera de incógnito, no cuenta con señalamientos que la identifiquen o hagan notar su peligrosidad.
El confinamiento fue clausurado en 1998 gracias a distintas Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) y al activismo de sus integrantes, quienes durante un extenso periodo lucharon para salvaguardar la salud e integridad de los hermosillenses, pero sobre todo, de las familias en las cercanías de este sitio.
A lo largo de estas últimas dos décadas, la mancha urbana de Hermosillo se ha incrementado al grado que actualmente hay 14 colonias que se encuentran dentro del límite permitido por la Ley.
El Artículo 65 de la Ley General Para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (Legepegir) dicta que la distancia mínima de las instalaciones para el confinamiento de residuos peligrosos, con respecto de los centros de población iguales o mayores a mil habitantes, de acuerdo con el último censo de población, deberá ser no menor a cinco kilómetros y al establecerse su ubicación se requerirá tomar en consideración el ordenamiento ecológico del territorio y los planes de desarrollo urbanos aplicables.
Y así se tenía en el Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Hermosillo 2014, cuando se marcaba un área de cinco kilómetros de salvaguarda alrededor del confinamiento, pero que se redujo en 2023.
¿Qué colonias están en riesgo?
De acuerdo con la plataforma Sonora en Datos, con base a cifras de 2021, Quinta Esmeralda, Quintas del Sol, Villas del Sur, Santa Anita Residencial, Fraccionamiento Haciendas del Sur, Vista Real, Luis Terán y Colonia Mirador, un asentamiento irregular, son colonias en las que están viviendo más de 19 mil personas, sin saberlo, dentro del límite permitido por la Legepegir y que, de acuerdo con especialistas, podría representar un grave riesgo para su salud.
Adicional a estas colonias, se pudo constatar que están en construcción cuatro fraccionamientos más dentro de esta zona, Altares Sección Dorada, Espacios San Fermín, Quinta Esmeralda Sección Diamante y Residencial Haciendas del Sur, adicional a Real de Catorce y Fraccionamiento Los Pinos, donde se venden terrenos campestres para la edificación de casas, por lo que es claro que los asentamientos poblacionales seguirán creciendo y acercándose cada vez más y en poco tiempo al Cytrar.
Ante esto se solicitó en repetidas ocasiones una entrevista con personal del Implan para aclarar cuál fue el criterio que se utilizó en la reducción de la zona de salvaguarda del Cytrar, además de cuáles son los requisitos para la construcción de un fraccionamiento, dada la cercanía de los que ya se encuentran en esa área, sin que se tuviera respuesta.
En relación a esta problemática, se pudo constatar que en ningún momento se llevaron a cabo estudios de diagnóstico de riesgo para la edificación de dichas colonias, pese a que en la Ley de Protección Civil Para el Estado de Sonora, así como en el Reglamento de Construcción para el Municipio de Hermosillo se indica que estos son necesarios para la aprobación de nuevos fraccionamientos.
Héctor Pérez Montesinos, coordinador del Programa Institucional de Sustentabilidad de la Universidad de Sonora, explicó que a través de un Estudio de Diagnóstico de Riesgo se podría determinar si existe o no peligro por la ubicación de las colonias a la cercanía del confinamiento de residuos.
Dentro de estos estudios se llevan a cabo análisis de riesgo internos y externos, el primero por el tipo de edificación o inmueble que se vaya a desarrollar, en este caso viviendas, ya sea en una colonia o fraccionamiento, por lo que la problemática del Cytrar apunta al análisis de riesgos externos.
En ese sentido, este medio de comunicación trató de contactarse con la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) para obtener su postura, sin embargo, se negaron a dar declaraciones, argumentando que dicho tema debía ser visto por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Un peligro silencioso: los tóxicos que están enterrados
Para Yaqueline García Hernández, ecotoxicóloga, un punto importante que se debe señalar es que han pasado casi 30 años desde el cierre del Cytrar, por lo que se debe de contar con un seguimiento de su situación..
La investigadora del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) en su sede en Guaymas, Sonora, explicó que antes de poner alguna población cerca del Cytrar se necesita hacer un muestreo de suelo para evaluar cómo están los niveles de metales, principalmente arsénico y plomo, los cuales son los dos compuestos de más preocupación, además de que lo ideal sería establecer monitoreos una vez al año, pero marcando un radio alrededor de la zona del confinamiento para sus muestreos.
En fotos de años recientes ha podido constatar que las instalaciones lucen abandonadas, a lo que es inevitable que se formule la pregunta “¿qué pasó después de que se hizo todo este trabajo de remediación?”.
“Por lo que se muestra en el Informe Histórico–Técnico de la Gestión del Caso Exitoso de la Remediación en el Sitio del Ex Confinamiento de Residuos Peligrosos Cytrar en Hermosillo, Sonora, publicado en 2011 por la Semarnat, el trabajo de remediación realizado fue de calidad, ya que se tomaron en cuenta todas las medidas necesarias, con lo mejor que ofrecía la tecnología en ese momento, sin embargo, a la fecha ¿qué ha pasado?”, agregó.
La investigadora del Laboratorio de Ciencias Ambientales del CIAD expuso que se necesita información reciente de cómo ha avanzado todo lo realizado dentro del confinamiento, ya que otra de las cuestiones preocupantes es que en un periodo de aproximadamente 10 años se estuvieron depositando residuos sobre una de las celdas expuestas, es decir, que se encontraban al aire libre, por lo que las partículas de estos desechos, se presume, se dispersaron en un radio alrededor de la zona.
“Quitaron esos residuos que estaban por encima de las celdas y se los llevaron a otro confinamiento no los dejaron allí, pero ya habían pasado años con esos residuos expuestos y a la vista, esta parte es relevante para esta cuestión del radio que dice la norma de 5 kilómetros, ya que al momento que los desechos estuvieron ahí se deben de haber expandido diferentes tipos de polvos”, señaló.
Plomo, la principal preocupación: especialista
De acuerdo con la especialista, el principal componente de preocupación es el plomo ya que no estuvo dentro de las celdas, por lo que se debe evaluar qué impacto tuvo su mal manejo en el confinamiento.
Además de plomo y arsénico (que también se identificó), otro de los elementos de preocupación es el PCV, el cual es un tipo de aceite usado para los transformadores eléctricos y que es totalmente persistente, es decir, pueden pasar muchos años y van a seguir de la misma manera en ese lugar, sin degradarse, así como los metales y plaguicidas organoclorados.
Explicó que el plomo está ligado con bajos niveles del desarrollo neuronal y cognitivo, principalmente en niños, lo cual puede presentarse como bajo rendimiento en la escuela o un bajo IQ, mientras que el arsénico es un metal cancerígeno, y su forma más tóxica es la inorgánica, con lo cual se expondría a las personas a través del agua, por lo que habría que monitorear los pozos cercanos al Cytrar.
“Personalmente me preocupa el tema de las filtraciones, que pudiera haber una fuga y que ya han pasado casi 30 años desde que empezó este confinamiento y no sabemos bien si ha habido alguna fuga hacia el acuífero, lo que seguramente no afectaría solo a los vecinos sino a toda la zona urbana de Hermosillo”, agregó.
Ante tales observaciones, El Sol de Hermosillo solicitó entrevista con autoridades de la Secretaría de Salud de Sonora (SSA) para contar con su postura ante el riesgo que podría estar corriendo la ciudadanía en las poblaciones que se encuentran ubicadas dentro de la zona de salvaguarda del Cytrar, a lo que, al igual que el resto de las dependencias visitadas por este medio de comunicación durante la elaboración de esta investigación, no se obtuvo respuesta.
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